Todos coinciden que está es la primera crisis seria del FA. Lo que
nadie sabe es cuánto durará. Dependerá en gran medida de las fortalezas
colectivas que demuestren sus dirigentes nacionales.
¿Qué le pasa al Frente Amplio?
A menos de 2 meses de su emergente irrupción en el campo electoral, con
una exitosa franja televisiva, hoy contracta con el mal manejo político en su
plantilla electoral, que tienen a la
joven coalición política sumida en una crisis de liderazgos.
El no saber tratar las
diferencias de estilos y formas de hacer política, dónde las decisiones más
significativas de una coalición tienen tiempos determinados y espacios de
resolución colectiva concreta, produce un bumerán de aquello que el FA escribió
como verdad absoluta con la mano, y que el tiempo se encargó de borras con el
codo.
Mientras en la franja televisiva
expresaban: “Si crees que la política se
tiene que seguir haciendo en la cocina a espalda de todos. No entiendes nada”. Hoy la frase desborda al FA y no existe una respuesta consecuente, que sea
coherente con un discurso moralizante expresado reiteradamente en contra de la
clase política.
El Distrito 10
A estas alturas, bien vale la
pena revisar los números del nuevo Distrito Electoral Nº 10, en cuyo caso se
produce el origen del problema, que
involucra a Giorgio Jackson, Alberto Mayol y Natalia Castillo. Lo primero que
hay que decir, es que G. Jackson, fue elegido Diputado en el viejo distrito,
con 55.060 votos (un 48,17 %). Una muy buena votación, en cuyo caso la Nueva
Mayoría (NM), no llevó candidato, cosa que sin duda alguna, facilitó su
elección.
En el caso de A. Mayol, obtuvo
106.265 votos en las primarias del FA. Sin embargo, al sumar las comunas del
nuevo Distrito 10, sólo logró 15.574 votos. Su mejor votación la obtuvo en
Ñuñoa con 4.834 votos y la peor en la granja con 709. O sea, en parte se cumple aquello que afirma
Giorgio Jackson, que Alberto Mayol, intentó
ir en el cupo de Natalia Castillo, para tener una mayor posibilidad de ser
potenciado (arrastre le dicen en los partidos) en la lista de Revolución
Democrática (RD) y finalmente salir elegido. Sin embargo, Alberto Mayol, tiene a su favor,
haberse transformado en figura nacional del FA y por tanto, no podría quedarse
afuera de la coalición por secretaria. Sería la peor versión de la cocina del
poder, aunque los cocineros sean jóvenes e inexpertos.
En el tema más nacional, el FA,
parece concentrase casi exclusivamente en el Distrito 10, lo que no deja de
llamar la atención. A pesar de sus llamados a resolver los problemas generales
del país, sus esfuerzos electorales parecen estar concentrados en algunas
comunas muy específicas, una tendencia al foco como concepción de desarrollo,
que podría complicar sus aspiraciones de partido nacional.
La inmediatez que ahoga
Todos coinciden que está es la
primera crisis seria del FA. Lo que nadie sabe es cuánto durará. Dependerá en
gran medida de las fortalezas colectivas que demuestren sus dirigentes
nacionales.
El FA en su identidad más central
presenta una dirigencia relativamente joven, que no registra vivencia de
resistencia anti-dictatorial. Para el retorno a la democracia no superaban los
siete años. Vale decir, han participado
del mercado y el consumo en su niñez y juventud, pero carecen de vida política
y social. Ello podría explicar su poca empatía y escasa generosidad política
hacia sus propios compañeros de ruta.
La inmediatez de sus acciones
parece ahogarlos en un desborde que amenaza su propia existencia. Pero la realidad les impone una rápida
respuesta para salir de las dificultades y transformar su inexperiencia en una
oportunidad para crecer. El país les exige que apuren el tranco, si de verdad
se proponen gobernar Chile, en el año 2022.