viernes, 29 de mayo de 2009

Sin reforma política no hay Bienestar pleno.

Por Jorge Montecino M.

El mayor logro del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, es sin duda, la política de protección social hacia los más vulnerables, que se implementó y que cubre los dos últimos años de su mandato. Esto implica la protección algunos sectores, que ruegan por mayor bienestar, ante las dificultades económicas globales y nacionales, entre ellos, el desempleo y las bajas en el comercio internacional.

Es un avance significativo, que debiera transformarse en política de Estado. Sin embargo, un mejor país, implica también equilibrar la reforma del bienestar con la reforma política. Este último aspecto resulta clave para la transformación de fondo, que requiere Chile: ser un país diverso, inclusivo y con plenas garantías de participación ciudadana.

La profundización de la calidad y densidad democrática de las instituciones y sus procesos, es un desafío clave, que es necesario resolver con prontitud. El cambio de la Carta Fundamental, no puede seguir esperando. Dicho proceso debe transformarse en un tema país, capaz de fortalecer la participación ciudadana, cuyo tejido esencial, se encuentra desplazado de las decisiones políticas más fundamentales.

Vivimos en sociedades complejas, cuyo motor de las transformaciones es dinámico, muchas veces impredecible y totalmente cambiante. Por tanto, el diálogo y la reforma política es parte de un todo integrador. En dichos aspectos, la reforma constitucional; el cambio de sistema electoral binominal; las elecciones directas de Intendentes y Gobernadores, así como el término de los Consejeros Regionales – por mencionar algunos- son aspectos que requieren un cambio lo antes posible. La espera sólo profundiza el problema y sus efectos.

La clase política, especialmente los legisladores, necesitan aumentar la marcha, con una prontitud política real y efectiva. Lamentablemente la inscripción automática y el voto voluntario, reforma que no será posible aplicar en las próximas elecciones de diciembre, es una mala señal para los ciudadanos. En síntesis, la reforma política es un componente imprescindible de las reformas necesarias del Estado.

* El autor es Director del Observatorio de la Realidad Ciudadana, de la Universidad Arcis Valparaíso.

jueves, 21 de mayo de 2009

TRES PREGUNTAS SOBRE EL DISCURSO PRESIDENCIAL DEL 21 DE MAYO.

Por Jorge Montecino

¿Cuál es el mayor legado del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet?

El mayor logro del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, es sin duda, la política de protección social hacia los más vulnerables, que se implementó y que cubre los dos últimos años de su mandato. Esto implica la protección algunos sectores, que ruegan por mayor bienestar, ante las dificultades económicas globales y las que enfrenta el país, como el desempleo y las bajas en el comercio internacional.

Además, será el primer gobierno de una mujer en Chile y no el último como algunos pensaban. La alta preferencia pública mostrada por los ciudadanos hacia Michelle Bachelet, otorgan una nitidez notable a su gobierno.

¿Qué paso con el gobierno ciudadano que propuso la Presidenta al inicio de su mandato?

El gobierno ciudadano tiene algunas expresiones aisladas, sobre todo en lo social. Sin embargo, en lo político fracasó, esencialmente por que los partidos de la Coalición gobernante, no están preparados para un proceso de tal magnitud. El gobierno ante tal situación, simplemente no pudo avanzar en la implementación práctica del gobierno ciudadano. La llegada de los ministros Pérez Yoma y Viera Gallo, termino por desplomar el cambio pensado por la administración Bachelet, en materia de participación.

¿Qué le faltó al discurso de la Presidenta Michelle Bachelet?

Faltó mayor profundización de la calidad de las instituciones de gobierno y la densidad de la participación ciudadana, en los desafíos democráticos del país, entre ellos, una nueva Constitución Política. Además, afrontar con decidida actitud las desigualdades sociales que vive el país, - en todos sus niveles- procurando una transformación en el mundo del trabajo –como factor esencial del desarrollo humano- buscando una mayor redistribución de la riqueza en Chile.

* Director del Observatorio de la Realidad Ciudadana, OBSERVA, de la Universidad Arcis Valparaíso.

miércoles, 20 de mayo de 2009

La NO Inscripción Automática: el espanto de perder el poder।
Por Jorge Montecino

En los últimos 10 días, la agenda política estuvo marcada por el Acuerdo de Pro-empleo; el lanzamiento de la Coalición por el Cambio y las groseras declaraciones del Senador Flores a un periodista de CNN Chile; el Caso Mirage y la conexión con el ex Ministro Rojas y hasta los puntos que le otorgan las encuesta al díscolo diputado Marco Enríquez-Ominami, en una eventual campaña presidencial. Sin embargo, la No inscripción automática en los registros electorales y la votación voluntaria(Plazos no lo permiten), paso una vez más inadvertida, a pesar de constituir una promesa política de varias autoridades, especialmente por los congresistas, lo que demuestra una vez más, que la clase política tiene un feroz espanto de perder el poder.

La poca rapidez en la tramitación de la Ley no resiste escusa alguna de parte de las autoridades, por su falta de cumplimiento en materias de reforma política, que Chile requiere. Esto queda clara y visiblemente notoria en una columna de opinión del Presidente del Senado, el líder de la UDI, Jovino Novoa, quien considera que la inscripción voluntaria y la votación automática no son necesarias en Chile. Lo que el Senador Novoa no expresa con total claridad, es que algunos Congresistas tienen un espanto atroz de perder el poder, al incorporar 4 millones de nuevos electores que podrían cambiar las preferencias electorales.

Mientras ello ocurre, el padrón electoral es cada vez más viejo y la inscripción electoral cada vez es más lenta. Vale decir, todo sigue igual y se deteriora el número de inscritos. Esto implica en la práctica que nuevamente solo el 25 % de los chilenos mayores de 18 años, seguirá eligiendo al nuevo Presidente de Chile, en diciembre próximo.

A todas luces aprobar dicha reforma resultaba “peligrosa” “inadecuada” e “imprevisible”. Sin embargo, el status quo, que finalmente primo, sólo ayuda a profundizar la falta de legitimidad y el valor real del modelo democrático.

Además, la aprobación de la Ley exigía un nuevo liderazgo comunicacional por parte de los congresistas. Implicaba además, pasar de una conducta conservadora (Reparto de la actual corta electoral) a otra más activa y de relacionamiento concreto con los electores (Cautivar y provocar cercanía), difícil de cumplir por parte de diputados y senadores.

A pesar de lo anterior, el país, requiere seguir exigiendo, sin complejo alguno, las reformas al sistema político, entre las que se cuentan:

• Aprobar una nueva Constitución Política del Estado, que implique una reforma mayor al sistema político y especialmente al sistema electoral.

• Promover la educación formal cívica y ciudadana en el conjunto del país, que promueva la opinión de las personas por los asuntos políticos y públicos.

• Provocar una rotación efectiva de la elite política (renovación de liderazgos) que implique un verdadero acercamiento de la política a las personas comunes y corrientes.

• Es necesario terminar con la excesiva prominencia de los partidos en los asuntos claves de la gobernabilidad del país; lo que erosiona cualquier intento de instalar nuevas miradas. Se hace necesario mayores cuotas de democratización partidaria.

*El autor es Cientista Político. Director Ejecutivo del Observatorio de la Realidad Ciudadana (Observa) de la Universidad Arcis Valparaíso

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